miércoles, 29 de enero de 2014

YO SOY espíritu divino. YO SOY hijo de Dios. En Dios me muevo, vivo y tengo mi ser. Estoy rodeado por la paz de Dios y todo está bien. Yo no temo a la gente; no temo a las circunstancias; no me temo a mí mismo; pues Dios está conmigo. La paz de Dios llena mi alma y no me puede rozar siquiera el temor. Yo no temo al pasado; yo no temo al presente; yo no temo al futuro porque Dios está conmigo. El eterno Padre es mi morada y más abajo están los brazos eternos. Nada me podrá tocar jamás que no sea Dios mismo, y Dios es amor.
Dios es la vida. Yo comprendo esto y  lo expreso. Dios es la Verdad. Yo comprendo esto y lo expreso. Dios es el Amor divino. Yo comprendo esto y lo expreso. Yo envío pensamientos de amor, paz y salud a todo el Universo; a todos los árboles, las plantas y a todo lo que crece; a todos los animales, las aves, los peces; a cada hombre, mujer y niño en la tierra sin distinción alguna. Si alguien me ha deseado algún mal, lo perdono voluntaria y completamente ahora, y todo ese asunto terminó para siempre. Lo suelto y lo dejo ir. Soy libre y él es libre. Si queda algún resentimiento en mí, se lo encargo a mi Cristo interior y yo quedo libre.
Dios es la sabiduría infinita y esa sabiduría es mía. Esa sabiduría me guía y me dirige, de manera que no puedo cometer errores. Cristo en mí es la lámpara a mis pies. Dios es la vida infinita, y esa vida es mi providencia, mi suministro. No puede faltarme algo, no puedo carecer de nada. Dios me creó y me sostiene. El amor divino ha previsto todo. Una sola mente, un solo poder, un solo principio, un Dios, un elemento. Está más cerca de mí que mis pies y mis manos, que mi propia respiración.
YO SOY Espíritu Divino. YO SOY el hijo de Dios y en presencia de Dios vivo eternamente. Le doy gracias al Padre por la armonía perfecta. Amén.